Dimatex & Mayer & Cie.: 60 años de trabajo en conjunto al servicio de las máquinas circulares
Entrevista de diciembre de 2020 desde Alemania:
Dimatex & Mayer & Cie., 60 años de trabajo en conjunto al servicio de las máquinas circulares.
Desde 1960 trabajan codo a codo los fabricantes de máquinas de tejer circulares Mayer & Cie. y la Firma Dimatex de Buenos Aires, Argentina. Tres y dos generaciones respectivamente han liderado exitosamente la colaboración entre fabricante y representante a través de seis décadas. Hoy la representación de máquinas circulares está dirigida por Fernando Ferradás, quién tiene un vínculo muy estrecho desde hace 30 años con las personas y máquinas de Mayer & Cie.
"Las máquinas textiles siempre me han fascinado".
Desde 1960 Dimatex y Mayer & Cie. trabajan juntos: ¿Cómo surgió esta conexión?
Miguel Weyrauch fundó la empresa Dimatex en 1957 como representante de Groz-Beckert. No pasó mucho tiempo antes de que se pusiera en contacto con Mayer & Cie., que está a sólo unos kilómetros de distancia. En 1960 asumió la representación de las máquinas circulares de tejer. En 1961 se incorpora a la empresa nuestro padre Benito Ferradás, y poco tiempo después se convierte en socio de Miguel Weyrauch y por tanto de Dimatex.
La mitad de este tiempo, los últimos 30 años, los viviste vos mismo desde adentro. ¿Cómo fue tu propio camino en la empresa?
Cuando era adolescente, ya tenía claro que quería seguir los pasos de nuestro padre: las máquinas textiles siempre me habían fascinado, así que cuando terminé la escuela, comencé a estudiar ingeniería textil. También trabajé en varias fábricas de tejido durante dos años. Estaba al pie del cañón junto al jefe de tejeduría, cambiando conos, cargando rollos de tela, limpiando máquinas y, a veces, reparándolas. Fue un trabajo duro pero instructivo.
"Nunca podía tomar una cerveza con el vendedor de Mayer & Cie."
Luego, a partir de 1989, cuando aún estaba en el inicio de mis estudios, comencé a trabajar en Dimatex. Fue bastante agotador porque trabajaba durante el día y luego iba a la universidad por la noche. La mayoría de mis compañeros no estaban mucho mejor, eso ayudó. Pero realmente frustrante era cuando nos visitaba el vendedor de Mayer & Cie. en Buenos Aires y no podía ni tomar una cerveza con él, porque tenía que dejarlo en el hotel a más tardar a las 6 p.m. para poder llegar a la universidad en horario. Cuando después de seis años al fin tuve mi diploma de ingeniero textil en las manos, fue una gran satisfacción y alivio. Y aunque soy un gran convencido de que la teoría no es nada sin ser aplicada a la práctica, a fines de los 90 me convertí nuevamente en estudiante, esta vez de un máster en administración de empresas.
¿Qué tareas realizabas en tus primeros días en Dimatex? ¿Empezaste con las máquinas de tejer de inmediato?
Al menos ese era el plan: se suponía que debía reemplazar al vendedor de máquinas de tejer en Dimatex. Afortunadamente, Felix Kaufman se quedó con nosotros más tiempo del esperado, y esto me permitió empezar con la venta de agujas. Eso fue una suerte, porque pude comenzar a visitar y conocer a todos los clientes que tenían algo que ver con el tejido de punto y así ampliar y afianzar mi red de contactos. Me convertí en vendedor de máquinas de tejer a principios de la década de 1990, cuando Felix se jubiló.
Hoy tu hermano está a cargo de la venta de agujas. ¿Cómo se produjo este reparto?
Mi hermano Diego se incorporó a la empresa en 1995 como especialista en marketing. Eso fue genial porque nos complementamos perfectamente, yo como ingeniero, él como especialista en marketing y ventas. Ambos todavía éramos empleados en ese momento. En 2004 nos pusimos de acuerdo con Miguel Weyrauch para hacernos cargo de Dimatex y adquirimos la parte perteneciente a la familia Weyrauch. Desde entonces hemos sido los directores. Diego y yo mantenemos una relación cercana, constructiva y respetuosa en nuestro trabajo diario. Eso tiene un efecto positivo en el negocio, la cooperación con las empresas que representamos, el servicio al cliente y la dirección en general. Actualmente nuestro equipo está integrado por otras siete personas.
"Le pregunté a mi abuela cómo había que presentarse correctamente en alemán".
¿Cuáles fueron tus hitos más importantes en los 30 años de las máquinas de tejer circulares Mayer?
Mi primera ITMA me dejó una impresión inolvidable. Eso fue en Hannover en 1991, y fue una gran experiencia para mí. Imaginate: yo, apenas pasaba los veinte años, por primera vez en Europa, por primera vez en una ITMA. Allí mismo estaba por conocer a los Sres. Mayer, los directores y dueños de uno de los fabricantes de máquinas textiles más importantes del mundo. Luego estaba el desafío con el idioma, porque quería y debía hablar alemán. ¡Estaba realmente nervioso! Así que fui a ver a mi abuela, que es austriaca y ahora tiene ya 103 años, y le pregunté cómo responder de manera correcta y cortés cuando alguien te presenta en alemán. Ella me aconsejó que dijera: „Ich freue mich, Sie kennenzulernen“ ("¡Encantado de conocerle!"). Eso fue lo que hice cuando saludé a Rainer y Peter Mayer por primera vez. Funcionó bien, creo. La relación con ambos Mayers se desarrolló muy bien y con el tiempo prácticamente se convirtió en amistad.
Una ITMA a menudo deja recuerdos que perduran. ¿Hay otros aspectos destacados?
Sí, en la siguiente ITMA Milano, en 1995: Peter y Rainer Mayer me entregaron nuestro primer “diploma de aniversario”. En ese momento celebramos 35 años de representación. Y muchos años después, en ITMA 2007 en Múnich, cuando recibimos un premio al "mejor representante del mundo". Fue el resultado de una combinación entre participación y atención del mercado. Rainer y Marcus Mayer me entregaron el certificado. Esto hizo que nuestro equipo de Dimatex y yo estuviéramos muy orgullosos. Este certificado también es un incentivo: ¡nos esforzamos todos los días para seguir estando a la altura de este honor!
¿Cuándo fue la primera vez que visitaste la sede de Mayer & Cie?
Eso fue después de la ITMA en 1991, cuando fui a Albstadt e hice un breve curso de formación en Mayer. Estaba muy emocionado por lo que vi allí. Luego, tres años más tarde, estuve en la empresa durante unos meses cuando terminé la universidad. Es por eso que a Albstadt lo siento como un segundo hogar hasta el día de hoy.
"La Relanit es simplemente insuperable ".
¿Hay máquinas que sean especialmente importantes para vos?
Mi claro número 1 es el Relanit, todo el concepto, los tipos de máquinas, todo. En todos estos años nunca he visto una máquina que pueda compararse con la Relanit. El hecho de que pueda obtener la mayor producción incluso tejiendo con hilos de baja calidad es único.
La OVJA 36 fue definitivamente legendaria y Mayer dio un gran salto con ella. Es probable que la gente haya soportado años de espera solo para hacerse con una de estas máquinas. Sin embargo, yo no llegué a venderlas, eso fue a finales de los sesenta, principios de los setenta. La MV4 también causó una gran impresión.
"Me hubiera gustado conocer a Emil Mayer".
¿Cuál es tu historia personal favorita de los 60 años de sociedad?
Esta es una historia que no he experimentado yo mismo, pero que me han contado una y otra vez: hasta principios de la década de 1960, el grupo Texcom solo compraba a la competencia. Luego conocieron a Emil Mayer personalmente. Le ofreció al entonces dueño de Texcom, el Sr. Federico Jachimowicz, lo siguiente: "Le enviaré una máquina Mayer y no me la paga hasta que esté realmente satisfecho con ella". Por supuesto, Emil sabía que Texcom de una forma u otra pagaría, pero sea como sea, la apuesta terminó con éxito para ambos lados: el Sr. Jachimowicz no solo estaba satisfecho con esta máquina, sino que a partir de ahí solo compró máquinas a Mayer & Cie.
Emil Mayer debió ser una persona especial, con una cualidad que yo llamaría “seductor”. Me hubiera encantado conocerlo. Por cierto, Texcom sigue siendo un cliente de Mayer hoy, exclusivo, con más de 100 máquinas de tejido circular Mayer en producción.
Me considero afortunado de haber conocido a Peter y Rainer Mayer: dos personas cuya claridad y habilidades de liderazgo han llevado a Mayer & Cie. a un nivel superior. Y que ahora pueda trabajar con Benjamin, Marcus y Sebastian Mayer es un verdadero placer para mí. La cuarta generación mantiene a la empresa joven, innovadora y productiva. Entienden las necesidades del mercado, saben escuchar y son sumamente accesibles.
Por último la pregunta obligada: ¿Qué deseás para los próximos 60 años?
Por supuesto, espero que los próximos 60 años sean tan exitosos como los anteriores. Esto requiere una industria fuerte que nos permita continuar, continuar con las máquinas Mayer y las personas. A través de las generaciones, siempre hemos tenido y seguimos teniendo una gran relación personal además de la colaboración profesional. Deseamos esta exitosa y gratificante tradición para los próximos 60 años.
En 2020, Mayer & Cie. Y Dimatex celebran el sexagésimo aniversario de su exitosa colaboración. De izquierda a derecha: Norma Derbes, Sarah Bäck, Diego Ferradás, Fernando Ferradás, Gabriela Menéndez Hässel, Fernando Atadia.
Rainer Mayer (izquierda) y Peter Mayer (derecha) entregando a Fernando Ferradás en 1995 un certificado por los 35 años de colaboración con los agentes argentinos de la empresa Dimatex.
ITMA 2003 en Birmingham: Wolfgang Müller, gerente regional de ventas de Mayer & Cie., Fernando Ferradás, director gerente de Dimatex, y Marcus Mayer, director gerente de Mayer & Cie. (De izquierda a derecha).
Premio Agente del Año 2006, presentado por Rainer y Marcus Mayer.